El nombre del HMS Bounty, fragata de la marina británica, está indisolublemente ligado al de su capitán Bligh y a las vicisitudes que provocaron el motín de la tripulación. Christian Fletcher, el contramaestre, tomó el mando del barco y obligó a Bligh a embarcar en un bote salvavidas con 18 hombres aún fieles.
Tras una peligrosa navegación de más de 4.000 millas, Bligh llegó a la isla de Timor y después a Inglaterra. La Bounty se dirigió a la isla de Pitcairn, donde Fletcher y los hombres restantes se establecieron. Sólo 20 años más tarde el grupo desembarcó en Tahití fue capturado y juzgado por el Consejo de Guerra Inglés. Sólo tres marineros fueron condenados, mientras que los demás fueron absueltos.
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